Las micotoxinas son sustancias tóxicas que se producen como resultado del metabolismo secundario de diversas cepas de hongos filamentosos, favorecidos por las condiciones de humedad y temperatura. Afectan de manera global tanto la producción cerealera como ganadera, siendo las aves y los cerdos las especies animales más susceptibles, con diferencias según la micotoxina en cuestión.
El crecimiento fúngico se da principalmente en cereales y puede ocurrir en diversas fases de su producción, abarcando desarrollo, maduración, cosecha, transporte, procesamiento y almacenamiento de los granos. Algunos de los factores predisponentes son humedad, temperatura, disponibilidad de oxígeno, condiciones físicas del grano, presencia de ácaros, entre otros. Particularmente los ácaros, además de dañar los granos, son portadores de las esporas de los mohos.
Susceptibilidad del cerdo a las micotoxinas
Los cerdos son muy sensibles a las micotoxinas, principalmente los cerdos jóvenes y los reproductores. La exposición de los cerdos a las micotoxinas puede producir efectos adversos tales como inmunosupresión, favoreciendo la ocurrencia de enfermedades, y otros trastornos según el órgano afectado. Esto se traduce en grandes pérdidas productivas y económicas, ya que la micotoxicosis crónica, la forma más frecuente, reduce la eficiencia reproductiva, afecta negativamente la conversión alimenticia, la tasa de crecimiento y la ganancia de peso.
Se conocen más de 400 micotoxinas de las cuales, las más importantes para la producción porcina son: aflatoxinas, ocratoxina A, tricotecenos (T2, DON), zearalenona (ZEA), y fumonisinas (Tabla 1)
Medidas de control de micotoxinas
La mejor forma de controlar las micotoxinas es tomar medidas preventivas durante el cultivo de los cereales y su posterior manejo, para evitar o disminuir el crecimiento fúngico. El secado de los cereales previo a su almacenaje tiene un efecto muy favorable, ya que la humedad es una de las condiciones más importantes para que los hongos se desarrollen y produzcan toxinas. En general, valores por debajo del 14% de humedad son seguros, y los que están por encima del 16% resultan favorables para el desarrollo fúngico. El tiempo de almacenamiento en silobolsas también aumenta el riesgo, según la humedad del grano.
En el alimento terminado se pueden utilizar secuestrantes de micotoxinas, los cuales previenen o limitan la absorción de estas en el tracto gastrointestinal. Los secuestrantes pueden ser inorgánicos (aluminosilicatos, carbón activado, zeolitas, etc.), que actúan mediante la adsorción polar. Son económicos, adsorben las aflatoxinas, pero tienen baja capacidad frente a las demás. Entre los secuestrantes orgánicos se encuentra la pared celular de las levaduras que actúa como adsorbente e inmunoestimulante. Además, algunos secuestrantes poseen agentes biotransformadores, que actúan degradando o modificando las moléculas de las micotoxinas.
La importancia del control en las materias primas
Dada la alta susceptibilidad de los cerdos a las micotoxinas y su gran impacto en la producción, es fundamental que los alimentos que se utilicen sean libres de micotoxinas. Nutrifarms garantiza la inocuidad y calidad de sus productos y para esto, se encuentra a la vanguardia de la última tecnología que le permite una detección rápida y confiable de las micotoxinas que puedan estar presentes en las materias primas que utiliza.
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