La claudicación (cojera) se refiere a cualquier alteración en la locomoción, generalmente causada por lesiones en las patas, pezuñas, articulaciones o el sistema músculo-esquelético.
La claudicación se reconoce como la segunda causa de descarte en cerdas reproductoras, luego de los problemas reproductivos. Afecta negativamente la longevidad de las cerdas y aumenta los costos de producción debido a una mayor tasa de reemplazos y menor productividad, ya que las hembras descartadas anticipadamente tienen menos partos y producen menos lechones a lo largo de su vida útil. Una cerda descartada antes de su 4º o 5º parto no llega a cubrir su costo de reposición, generando pérdidas económicas importantes al sistema productivo. Además, la claudicación impacta directamente el bienestar de las cerdas afectadas debido al dolor, el estrés, la dificultad para moverse y alimentarse.
Este artículo busca destacar los aspectos clave de un problema frecuente que impacta directamente al productor porcino, para comprender sus consecuencias y plantear alternativas de solución.
Datos importantes:
- La presencia de pisos abrasivos o muy resbaladizos, el exceso de humedad que debilita las pezuñas y los golpes son los factores predisponentes más frecuentes de claudicación en cerdas.
- Estudios realizados en Europa demuestran que la prevalencia de claudicación en cerdas reproductoras bajo sistemas convencionales puede llegar al 24%, siendo más elevada durante los meses de invierno y primavera. La prevalencia puede ser aún mayor en sistemas con pisos de concreto y alta densidad animal.
- La claudicación suele detectarse más frecuentemente en la gestación que en la lactancia. La gestación grupal dinámica incrementa las posibilidades de lesiones podales y con ello el riesgo de claudicación, debido al mayor movimiento de hembras y la mayor interacción entre ellas.
- Numerosos estudios han intentado estimar el impacto económico de la claudicación. Utilizando un modelo desarrollado por un grupo danés se calculó el costo por cerda, el cual puede variar entre casi 10 euros a 30 euros, dependiendo de la severidad de la claudicación.
Claudicación y bienestar animal:
La claudicación es una causa de estrés bien conocida. El dolor que causa la claudicación sea cual sea su origen, activa el sistema nervioso autónomo y el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, elevando la liberación de glucocorticoides. Este aumento del cortisol, una hormona que comúnmente se la conoce como la hormona del estrés, compromete el equilibrio metabólico y puede afectar el ambiente intrauterino y la programación fetal. Diferentes estudios han demostrado que las exposiciones crónicas al cortisol pueden tener repercusiones sobre la progenie, alterando el peso al nacimiento, la vitalidad e incluso el comportamiento de los lechones al destete.
Además, el dolor causado por los problemas locomotores reduce la capacidad de la cerda para moverse, levantarse, recostarse, acceder al agua y el alimento generando aún más disconfort y afectando el estado de salud general de las cerdas, aumentando la predisposición a otras condiciones, como infecciones urinarias, lesiones corporales y pérdida de la condición corporal.
Claudicación y (re)producción:
La claudicación está asociada a la reducción del desempeño reproductivo de las cerdas, pudiendo llevar a menores tasas de parto, aumento de nacidos muertos y momificados, además de prolongar el intervalo destete-celo. Se ha demostrado que el estrés y los niveles sostenidos de cortisol impactan directamente sobre la ovulación y la liberación de hormonas encargadas de regular el ciclo reproductivo.
Como consecuencia, hay pérdida de eficiencia en la producción de lechones y reducción de la longevidad de las reproductoras. Diversos estudios muestran que las cerdas que claudican son más propensas al descarte temprano, incluso antes de completar el número de partos necesario para amortizar los costos de reposición, lo que eleva significativamente el costo por lechón producido. Además del impacto económico directo, debemos considerar los costos indirectos asociados a la claudicación como tratamientos, mano de obra adicional, menor desempeño de las camadas y reducción de la calidad de las reses destinadas al sacrificio.
En un estudio realizado en 2023, se observó que el peso medio de los lechones al nacimiento fue significativamente menor en cerdas que presentaban claudicación moderada o severa, comparado a cerdas sin claudicación clínica. Este hallazgo es relevante, ya que el bajo peso al nacer puede predisponer a los lechones a una menor resistencia a enfermedades, dificultad para acceder al calostro y consecuentemente un crecimiento más lento, impactando directamente en la productividad de la granja. Además, la mortalidad de los lechones en la primera semana de vida fue más elevada en las cerdas con claudicación, lo que refuerza el concepto de que la condición física de las madres influye significativamente en la supervivencia de la camada en la maternidad.
Sumado al menor peso al nacimiento, los problemas de claudicación en cerdas durante la lactancia pueden asociarse a un menor peso de los lechones al destete, debido a la disminución de la ingesta de alimentos de las cerdas con problemas locomotores.
Factores predisponentes:
Como se mencionó anteriormente, los principales factores predisponentes se relacionan con el ambiente y el manejo. Las instalaciones mal diseñadas favorecen golpes y traumatismos, mientras que los pisos resbaladizos o excesivamente abrasivos predisponen a caídas y lesiones. A su vez, la alta densidad y la falta de espacio reducen la movilidad y aumentan el riesgo de problemas articulares
La osteocondrosis y las enfermedades degenerativas de las articulaciones son otros de los principales factores que predisponen a la claudicación en las cerdas reproductoras. Cerdas que llegan demasiado jóvenes a la primera cubrición cuando su aparato locomotor aún no está completamente desarrollado o cerdas de rápido crecimiento son más propensas a sufrir claudicación. Esto se agrava cuando la nutrición durante el desarrollo de esa cachorra fue inadecuada. Además, cerdas muy pesadas que sobrecargan sus extremidades también tendrán mayor riesgo de claudicación

Asimismo, la nutrición deficiente es un factor predisponte para la claudicación. Las cantidades inadecuadas o incorrectamente equilibradas de calcio y fósforo, en las dietas de gestación y lactancia pueden conducir a osteoporosis, la cual se desarrolla cuando el hueso pierde minerales y masa, haciéndolo más susceptible a las fracturas y lesiones. Durante la gestación y lactancia las cerdas necesitan altos niveles de calcio, mientras que después del destete tienen poco tiempo para reestablecer sus niveles adecuadamente entre los ciclos reproductivos. Además de los minerales, otros nutrientes esenciales para el aparato locomotor son la vitamina D, biotina, aminoácidos azufrados, entre otros.
La conformación de las pezuñas y extremidades se debe valorar a la hora de seleccionar las hembras, ya que una mala conformación de estas predispone a la claudicación, sobre todo en hembras jóvenes. Las pezuñas deben ser uniformes, los dedos bien angulados, con paredes, la suela y el talón íntegros. Si se identifica algún problema, incluyendo rasgos anormales como el crecimiento excesivo de los dedos mayores o secundarios, estas cerdas deben ser eliminadas del plantel.
Las pezuñas deber evaluarse regularmente para evitar el sobrecrecimiento, o la presencia de grietas o erosiones que predisponen a las infecciones y consecuentemente a la claudicación. Las lesiones de las pezuñas más frecuentes incluyen erosiones del talón, separación a lo largo de la línea alba, erosiones en la parte anterior del casco, erosiones de la suela, fisuras verticales de la pezuña, úlceras necróticas profundas, senos en la banda coronaria y fibrosis crónica. Las infecciones bacterianas son a menudo secundarias a las lesiones de la pezuña que permiten la penetración de bacterias en las estructuras subyacentes.
No existe una única solución:
La claudicación es un desafío complejo para el productor porcino, dado que es un problema multifactorial que requiere de un manejo integral.
Desde la selección de las hembras por su solidez estructural, pasando por la nutrición durante el desarrollo y crecimiento de la cachorra que ofrezca todos los nutrientes en cantidad y calidad suficientes para lograr la óptima conformación del aparato locomotor y reproductor, son algunas de las estrategias que ayudan a disminuir el riesgo de claudicación.
Sin duda, el diseño de las instalaciones y el manejo de las hembras deben ser adecuados para minimizar los riesgos de claudicación. La evaluación y control de las pezuñas, la detección temprana de lesiones, grietas y traumatismos antes de que estos se agraven es una excelente estrategia para prevenir la claudicación y evitar los descartes tempranos.
La claudicación es un desorden costoso para el productor de cerdos y por ello, merece ser abordado de manera exhaustiva para reducir su incidencia y mejorar la longevidad productiva del plantel reproductor.

M.V. PhD Valeria Artuso – Head I+D Nutrifarms – valeria.artuso@nutrifarms.com.ar

Zoot. Danrlei Nogueira – Técnico I+D Nutrifarms